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La Valoración de las prioridades en una emergencia.

octubre 18, 2022

Por desgracia, en algunas emergencias el elevado número de víctimas desborda los recursos disponibles y es entonces cuando, en la séptima fase (de clasificación y socorro), se deben establecer una serie de prioridades. Así, en función de la gravedad y el pronóstico de la lesión, se atiende antes a una víctima que a otra. Se asiste primero al que tiene altas probabilidades de sobrevivir y se deja para el final a los individuos potencialmente no recuperables.

A este proceso de selección se le denomina triaje, palabra francesa que significa “clasificar, seleccionar o elegir”. Así se ha denominado también al proceso con el que se selecciona a las personas a partir de su necesidad de recibir tratamiento médico inmediato cuando los recursos disponibles son limitados. En una catástrofe, se establecen cuatro categorías para las víctimas, teniendo en cuenta su gravedad y sus posibilidades de supervivencia y recuperación. A cada categoría se le asigna un color:

Color Rojo, tiene prioridad I. En este estado el paciente está grave, pero es recuperable. Debe ser el primero en ser atendido y se hace en el mismo punto de identificación. EL tiempo de atención no puede superar los cinco minutos. Esta categoría correspondería, por ejemplo, a personas con paro cardiorrespiratorio presenciado y reversible, con estado de shock hipovolémico, con hemorragias activas internas, con quemaduras en un más de un 20% del cuerpo, con lesiones penetrantes en el tórax, o con obstrucción mecánica de la vía aérea.

Color Amarillo, tiene prioridad II. En este estado el paciente está grave, pero establa y puede esperar hasta seis horas sin recibir tratamiento. Un ejemplo, es un paciente con perforaciones en el tracto genitourinario o gastrointestinal, con heridas abdominales abiertas, con politraumatismos, con traumatismo craneoencefálico, con quemaduras en un 20% del cuerpo o con un torniquete.

Color Verde, tiene prioridad III. El paciente está leve y su asistencia puede retrasarse más de seis horas. No requiere una ambulancia acondicionada para su traslado. Son de categoría verde los casos de pacientes con fracturas cerradas de huesos largos o con contusiones.

Color Negro, tiene prioridad 0. El paciente agoniza o ya ha fallecido. No hay que esforzarse hasta que no hayan sido atendidas todas las víctimas de las otras categorías. Son víctimas que presentan un paro cardiorrespiratorio no presenciado, un traumatismo craneoencefálico con salida de masa encefálica, o un fallo multiorgánico.

En el triaje tiene como objetivo dar preferencia a salvar la vida de un paciente antes que salvar un miembro. Se da preferencia a la funcionalidad del cuerpo antes que al defecto en la anatomía. El triaje pretende salvar el máximo de vidas posible optimizando los recursos. Para ello, se prioriza el interés colectivo antes que el individual. Antes que, a la gravedad, se atiende al pronóstico. Como decíamos anteriormente, se opta por dar preferencia a las víctimas recuperables sobre las que no lo son. Así, aparte de actuar con rapidez, una de las tareas del triaje consiste en clasificar a los heridos según su gravedad, diferenciando entre críticos y no críticos. Se atiende en primera instancia a los que podrían perder la vida en poco tiempo, es decir, a los de mayor gravedad asignada y se envían al área específica de su situación. Durante el proceso de selección, si es necesario, se pueden realizar maniobras vitales como compresión de hemorragias o hiperextensión del cuello. Además, otra finalidad del triaje es proporcionar a los equipos de rescate una visión global de la situación, informando del número de afectados, de la gravedad de las lesiones, de las prioridades de tratamiento y, también, del orden de evacuación. El triaje se realiza en cada punto asistencial de la cadena de evacuación. El movimiento de las víctimas siempre debe ser anterógrado, no permitiendo el retroceso a puntos asistenciales anteriores.

El triaje Debe ser fácil, rápido, preciso, completo, continuo, dinámico y basado en el plazo terapéutico, que es el tiempo máximo que se puede retrasar el tratamiento a una víctima. Hay establecido un tiempo de atención estimado para cada afectado. A las personas fallecidas, un máximo de 30 segundos. A las víctimas leves, un minuto; y a las graves, tres minutos. Si existen dudas sobre la categoría a la que correspondería una determinada víctima, se la incluye en la más grave. Nadie puede ser evacuado sin ser clasificado. Para un buen triaje, se requiere un mínimo de recursos humanos y materiales, como personal cualificado, formado y entrenado, un responsable preparado y con capacidad de liderazgo y áreas seguras y accesibles.

Existen varios tipos de triaje, son variados y dependen de distintos factores (número de víctimas, distancia respecto a los hospitales más cercanos, nivel del personal…) Según el nivel de entrenamiento del personal, hay tres clases de triaje y se dividen de la siguiente manera:

El primer triaje se realiza en el mismo lugar del accidente. En él participa personal no facultativo pero formado. Debe ser sencillo y durar menos de un minuto por cada lesionado. El segundo triaje lo lleva a cabo el personal sanitario entrenado en el puesto de evacuación o en el puesto médico avanzado. Dura más de un minuto y es mucho más preciso que el anterior. El tercer triaje: realizado por el personal sanitario en los servicios hospitalarios.

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